mardi 29 août 2017

17 de septiembre: de Qazvin a Masuleh

En Qazvin, paseamos un poco por el bazar.



Encontramos la tienda de alfombras que conocíamos (se acordaban de nosotros, muchos niños rubios no deben de entrar a menudo en esa tienda) y apalabramos 3 alfombras para recogerlas el último día del viaje.

Salimos hacia Masuleh, un pueblo conocido por estar construido en una cuesta tal que el techo de la casa de abajo es la terraza de la casa de encima. Y es muy, muy turístico. De Qazvin tardamos unas tres horas. A nuestra llegada, bajo una lluvia torrencial, nos cuesta aparcar de toda la gente que hay y ya nos arrepentimos a medias de haber venido. Saltamos sobre la primera habitación del primer hotel que vimos, el Hotel Masuleh, al lado del aparcamiento grande a la entrada del pueblo. Tenía una pinta horrible y además reinaba un ambiente de guerra para conseguir una habitación ya, que se hacía de noche y llovía. Conseguimos una habitación. Y que habitación: sucia, a la ventana le faltaba el cristal, la cama torcida... Me pasé la noche pensando que si venía un terremoto, no podíamos sobrevivir. Pero sobrevivimos, claro, como no.

Vimos Masuleh de noche  un rato, bajo la lluvia. Cenamos hígado y corazón, y los niños también, y nos hicimos un amigo, como todos los días.



Masuleh Hotel (no lo he vuelto a encontrar en Internet, podría ser el que se llama Mehran pero el interior no se parece en nada)
1'000'000 riales para una habitación triple pequeña

16 de septiembre: lago Evan y llegada a Qazvin

Seguimos por paisajes lunares.



Poco a poco va apareciendo verde.


Paramos en el lago Evan, una atracción turística local. Hay chiringuitos con té y parece que también podría haber comida al mediodía, pero lo que parecía un restaurante estaba cerrado. Los niños se bañaban así que los nuestros pusieron los pies también, y se podía alquilar barcos de pedales, pero poco más, para un europeo de visita al Oriente Medio no es una parada imprescindible.





Cruzamos Rajae Dasht y paramos a comer a la salida del pueblo, y nos dirigimos hacia otras ruinas, Lambsar Castle. Hay dos senderos para llegar a las ruinas, el primero que se ve sube por una cuesta infinita y un montón de peldaños, y el segundo, un poco más adelante en la carretera, es mucho más ameno.

Vistas de nuestro coche aparcado en la carretera.


Un trozo de ruinas. Lo bonito, es el paseo.


Esa noche llegamos a Qazvin, territorio ya conocido, y vamos directamente al hotel Iran donde nos habíamos alojado en 2014. Tiene críticas espantosas en TripAdvisor, pero nosotros estuvimos muy contentos con ese hotel, es central, tiene aparcamiento y restaurante, más o menos limpio, e incluso esta vez nos hicieron un descuento de temporada baja.

Paseamos por el bazar de lujo que se estrenó en 2014 cuando visitamos la ciudad. Es un bazar antiguo totalmente renovado y lleno de tiendas de lujo. En uno de los patios se puede tomar algo, e incluso tenían patatas fritas, muy raras de encontrar en Irán.

Hotel Iran
Azadi Square
Qazvin
028-33228877

dimanche 27 août 2017

15 de septiembre: Valle y castillo de Alamut

Desde Garmaroud se tarda más o menos una hora para llegar a Gazor Khan, que es el pueblo punto de partida para visitar la fortaleza medieval de Alamut.
Hay que aparcar abajo y subir caminando o en mula como los niños.



La fortaleza en si es pequeña, en obras y para los que no somos arqueólogos, pues no muy interesante. Se recorre en poco tiempo.
Hay un curioso e improbable café en el sótano de las ruinas, al que se accede por una escalera estrecha y oscura que parece que conduce a todo menos a un café donde se sirven café, té, zumos y pastelitos.


Vistas de Gazor Khan desde el castillo.


Con lo turístico que es, no hay muchas opciones para comer después de visitar el castillo. Fuimos al restaurante que era justo en frente de las taquillas, que está anunciado con un cartel.

Por la tarde, recorrimos otro valle cercano hasta el pueblo de Andaj.




Preciosos paisajes y curiosas cuevas. Allí cogimos nueces frescas recién caídas del árbol.

14 de septiembre: hacia el valle del Alamut

Por la mañana decidimos aprovechar un poco más la playa y escogimos una playa de pago (50'000 rials) cerca de Vali Abad. Otra vez me pilla en vaqueros.



Después del descanso nos ponemos en marcha para intentar cruzar un puerto de montaña y llegar ese  mismo día al valle del Alamut donde se encuentra una famosa fortaleza. No estábamos seguros de si existía el desvío que queríamos (en Tonekabon), pero gracias a Dios y a Google, sí había un desvío (seguir os carteles para Sehezar).

Para subir a la montaña, primero volvemos a cruzar un bosque húmedo con río y cantidades de chiringuitos con luces de colores e iraníes haciendo picnic. Paramos a comer trucha del río.



Subimos hacia el puerto de Piche Bon por una carretera parcialmente asfaltada (con un coche normal sin problemas). Subimos a tanta altura que empiezo a mirar si los niños que están respirando bien, pero por supuesto no les ocurrió nada y llegamos al puerto. Los paisajes cambian radicalmente según se aleja uno de los valles cercanos al mar. De repente, otra vez estamos en el desierto.



Nos encontramos con varios campamentos de turistas que van allí a hacer rutas y beber leche de oveja durante 5 días (suelen cruzar del Alamut hacia el mar Caspio, la verdad es que debe ser muy bonito).



En el puerto, han instalado una tiendecita con té y golosinas. El dueño de la tienda es uno de los pocos que nos quiso sacar dinero (concretamente, dólares, le costó entender que no los teníamos), y casi se queda con mi phrasebook de farsi. Así que descansamos un poco, dejamos a Leo jugar al fútbol con un señor y nos  marchamos.



Entramos en el Valle del Alamut y a la salida de Garmaroud, encontramos de casualidad el hotel Navizar, que según nos contaron otros turistas tenía muy buenas reseñas en TripAdvisor (lo comprobé después), pero cuya existencia no sospechábamos. Los dueños son dos hermanos mayores. Se puede pedir las comidas con antelación y después de la cena, uno de los dueños saca una presentación PowerPoint de sus paseos por el valle y cuenta historias de la comarca que nos tradujeron una pareja de Tehran que hablaban muy bien inglés y que también se alojaban en el hotel.

Navizar Hotel
Garmaroud (Alamut, provincia de Qazvin)
+98 285 839 4206
www.navizarhotel.com
info@navizarhotel.com
1,500'000 rials por una habitación triple


Un paseo al atardecer.