Por la mañana excursión al lago Valasht, la atracción turística principal de la zona, que no ofrece nada especial salvo barquitos de pedales para los niños. También teníamos curiosidad acerca de las normas respecto a bañadores en Irán. Se supone que los hombres no pueden ir sin camiseta ni tampoco enseñar las rodillas, y vimos que por lo menos en ese sitio los varones podían enseñar de todo. Las mujeres vestidas del todo eso sí, y como llevaba vaquero tampoco me hacía tanta ilusión meterme vestida al agua.
Nos pusimos en marcha hacia la costa del mar Caspio. Gracias a Google Maps, podemos llegar sin perdernos hacia la carretera que va a la costa, un gran plus respecto al viaje anterior. Hacemos escala en Kelardasht y se empieza a notar lo turístico que es la costa. En la ruta hacia el mar, se cambia el paisaje totalmente. Pasamos de un entorno casi desértico a unos bosques húmedos con ríos y decenas de bares al lado de la carretera. La gente va allí a refrescarse y disfutar de ese paisaje tan particular para ser Irán. Siento mucho no tener una foto mejor.
Paradita en la playa. Estaría muy agradable si no estuviese llena de basura. Allí también, hombres en bañador, mujeres vestidas (ellas habían previsto bañarse y llevaban ropa de tela ligera, yo todavía con el vaquero). Y la mujer que vimos en manga corta pero con pañuelo en la cabeza, resultó ser un hombre.
Compramos una manta de picnic como tienen todos, muy práctica, nos encanta.
Para rematar subimos a un área de atracciones llamado Namakabrud Telekabin, que tiene además de 2 teleféricos que suben a la montaña (y no llegamos a coger por la cola enorme que había), algunas atracciones de las clásicas y un trineo de verano, fabricado en Alemania, de los cuales veríamos más ejemplares en el viaje. Básicamente, es un carril con unos vagones que actúan como un tobogán gigante. Uno puede frenar si quiere con unas palancas.
Se ve la subida del carril por debajo del teleférico.
Volvemos a la playa y dormimos en Salman Shahr, uno de los numerosos pueblos sin alma de la costa atravesados por la carretera principal, eternamente atascada. El hotel está situado en una calle perpendicular a la principal y podría llamarse Pavillion, se me olvidó preguntar el nombre del sitio a los dueños. Era una habitación triple grande por 1.200.000 rials.
Nos pusimos en marcha hacia la costa del mar Caspio. Gracias a Google Maps, podemos llegar sin perdernos hacia la carretera que va a la costa, un gran plus respecto al viaje anterior. Hacemos escala en Kelardasht y se empieza a notar lo turístico que es la costa. En la ruta hacia el mar, se cambia el paisaje totalmente. Pasamos de un entorno casi desértico a unos bosques húmedos con ríos y decenas de bares al lado de la carretera. La gente va allí a refrescarse y disfutar de ese paisaje tan particular para ser Irán. Siento mucho no tener una foto mejor.
Paradita en la playa. Estaría muy agradable si no estuviese llena de basura. Allí también, hombres en bañador, mujeres vestidas (ellas habían previsto bañarse y llevaban ropa de tela ligera, yo todavía con el vaquero). Y la mujer que vimos en manga corta pero con pañuelo en la cabeza, resultó ser un hombre.
Compramos una manta de picnic como tienen todos, muy práctica, nos encanta.
Para rematar subimos a un área de atracciones llamado Namakabrud Telekabin, que tiene además de 2 teleféricos que suben a la montaña (y no llegamos a coger por la cola enorme que había), algunas atracciones de las clásicas y un trineo de verano, fabricado en Alemania, de los cuales veríamos más ejemplares en el viaje. Básicamente, es un carril con unos vagones que actúan como un tobogán gigante. Uno puede frenar si quiere con unas palancas.
Se ve la subida del carril por debajo del teleférico.
Volvemos a la playa y dormimos en Salman Shahr, uno de los numerosos pueblos sin alma de la costa atravesados por la carretera principal, eternamente atascada. El hotel está situado en una calle perpendicular a la principal y podría llamarse Pavillion, se me olvidó preguntar el nombre del sitio a los dueños. Era una habitación triple grande por 1.200.000 rials.








