lundi 28 novembre 2016

9 de septiembre - llegada a Tehran

¡Por fin nos vamos!

Llevábamos ya más de un mes planificando nuestro viaje. Para los que quieran organizar su viaje a Irán desde fuera, hay que saber que es muy difícil gestionar cualquier cosa a través de Internet o llamando por teléfono. Antes de salir, reservamos un hotel para poder adquirir el visado en el aeropuerto, y poco más. Todos nuestros intentos de conseguir un coche de alquiler a un precio razonable fueron vanos. Parece que algunas empresas (por ejemplo Europcar que cambió sus condiciones respecto al 2014 cuando estuvimos en Irán la primera vez) aplican una "tarifa especial" para extranjeros, alegando que ellos tienen que pagar tasas extra para clientes extranjeros. Este argumento lo oímos únicamente en sitios más concurridos como Tehran, donde tuvimos que pagar el doble del precio local para algunas cosas (como el hotel). En la provincia, parece que no aplica esta normativa y pagamos los mismos precios que los locales.

Eso dicho, vamos al grano.

Sí, conseguimos un Visa On Arrival sin problemas. Cuesta 75 euros por persona y te dan para una estancia de un  mes. Lo más importante es conseguir un hotel (nos encontramos con unos chicos que no tenían alojamiento y tuvieron que esperar hasta que  la policía de aduanas les consiguiesen uno) y una carta del seguro donde tiene que poner específicamente que vale para Irán.

Nos recogió un taxista contratado por nuestro hotel y sobrevivimos al viaje hasta el centro de Tehran (el taxista se durmió dos o tres veces durante el trayecto).

Nos alojamos en el:
Gollestan Hotel
14 Hassan Abad Sq.
Hafez Ave
Tel: +98 21 66711417

Se puede hacer una reserva online en www.gollestanhotel.com

Son muy amables aunque un poco caros, la habitación triple nos costó 80 dólares ya que tienen una tarifa especial para extranjeros y aplican el tipo de cambio de la calle y no la del banco.

El hotel se encuentra al sur de Tehran, a un tiro de piedra del Park-e Shahr, un parque grande con columpios, parque de atracciones, mesas de ping-pong, tienda, etc. Allí pasamos la tarde entre siesta y siesta.


Los columpios:






La noria:




El parque de bolas:


Acabamos tarde porque nos invitó a su casa un señor que hablaba alemán, tomamos té, jugaron los niños y disfrutamos de la hospitalidad iraní.